LA IGLESIA DE ESCUADRO: UN EJEMPLO DE JERA COMUNAL

Esther Isabel Prada Llorente
Dra. Arquitecto

Las denominadas jeras, trabajos desarrollados en comunidad que se efectuaban en Sayago para el arreglo de los montes, de los caminos, o cualquier otro solicitado a golpe de campana por la municipalidad, ya citados por Joaquín Costa en su Colectivismo agrario en España, José Mª Árguedas en Las comunidades de España y del Perú y Angel Cabo en Colectivismo agrario de Tierra de Sayago, tienen su reflejo actual perdidas ya esas buenas prácticas sostenibles tradicionales, en las obras de mejora que se están llevando a cabo en la iglesia de Escuadro dado su lamentable estado de deterioro, nada de extrañar ya que el resto del núcleo de poblamiento se encuentra en la misma situación, aunque esto no es el tema que nos ocupa en el presente artículo.
En esta iglesia es posible descubrir un buen número de estelas romanas con su disco solar así como bastantes sillares con inscripciones en uno de los que aparece la fecha de su última reforma 1697, considerándose yacimiento arqueológico según el Inventario Arqueológico Territorial de la provincia de Zamora, dato extraído durante la investigación efectuada para la realización de mi tesis doctoral.
A “golpe de campana” durante los veranos de 2005 y de 2006 “y lo que te rondaré...”, los vecinos de Escuadro la mayoría urbanitas que por estas fechas “nos vamos al pueblo”, hemos compartido ese trabajo en comunidad cada uno en la medida de sus posibilidades, con ganas, con tiempo libre, con aportaciones económicas, o simplemente por motivos sentimentales, realizando obras como si de un “campus” de prácticas para estudiantes de Arquitectura se tratara dada la ínfima subvención monetaria con que cuenta esta iglesia para su reforma, en total 20.000 euros aportados por Diputación, Junta y Obispado.
Durante el primer verano de esta aventura “comunal” la autora que suscribe buceando en el Archivo Diocesano de Zamora localizó documentación relativa a las obras efectuadas en dicha iglesia, refiriéndose la mayor parte a pliegos de condiciones o datos económicos fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX no teniéndose constancia de la existencia de planos históricos y llegando a la conclusión que en la cubierta de la iglesia así como en sus elementos tanto de cerramiento como ornamentales, no se ha intervenido prácticamente en los últimos cien años de ahí su elevado grado de deterioro.
En el proyecto de restauración redactado base para la concesión de la subvención, se contemplaba sin ningún tipo de sensibilidad hacia lo preexistente ni en cuanto a la estructura ni a los materiales, la sustitución de la cubierta cuadrangular de madera en la zona del ábside con su disposición característica, por una estructura vista de hierro; la cubierta de la sacristía y el portal y la reposición de tejas en mal estado del veinte por ciento restante, no teniendo en cuenta entre otros los siguientes aspectos: 1) el mal estado de la totalidad de la cubierta, no pudiéndose plantear el arreglo únicamente de una serie de partes, 2) las grietas interiores debidas al desprendimiento de la espadaña y el mal estado de la parte superior de ésta, tanto de la piedra que la conforma como del campanario y las dos campanas, 3) el vencimiento de los sillares que ciegan el antiguo acceso sito en la fachada Oeste, 5) la pintura interior toda ella prácticamente desprendida y la instalación eléctrica, 6) los retablos así como de la mayor parte de las imágenes algunas de ellas catalogadas e inventariadas, 7) el suelo de madera sobrepuesto sobre las lanchas existentes, 8) todo el mobiliario.
Los dos frentes de este trabajo desarrollado en comunidad o jeras dada la ínfima subvención aportada con la base del proyecto redactado y establecida en su día por convenio a todas luces insuficiente, debido a los trabajos que son necesarios ejecutar y cuyo resultado es lo que en la actualidad se puede contemplar han sido: 1) las gestiones y conversaciones llevadas a cabo con diferentes organismos y con el arquitecto redactor del proyecto para que en la medida de lo posible, la cubrición del ábside fuera acorde con los materiales y la estructura preexistente para lo cual, se adjuntaron bocetos y dibujos sobre su estado anterior y 2) hasta la fecha, el picado y limpieza de paramentos interiores y del “portal” así como el llagueado de los sillares con mortero de cal.
Todavía queda mucho trabajo por realizar y la cuantía que los vecinos hemos aportado suple mínimamente lo que por un presupuesto mal gestionado no nos ha tocado en suerte.
¿Tendremos que seguir el verano que viene y todos los veranos...sin que nadie se de por enterado?.